Para poder visitarla las edificaciones de la Linea Maginot nos desplazamos hacia el norte.
Atravesamos el Bosque de Haguenau con una gran extensión, mayoritariamente de pinos silvestres, robles y encinas .
Los árboles disimulan centenares de túmulos y necrópolis celtas que se encuentran bajo su amparo.
En la época medieval fue refugio para místicos y ermitaños.
Este alo de misticismo le valió el sobrenombre de “Bosque Santo”.
Tras pasarlo nos encaminamos hacia el fuerte Schoenenbourg nuestra verdadera meta.
Pueblos en el recorrido.-
Para nuestra sorpresa de camino hacia allí encontramos pueblos realmente preciosos, como por ejemplo Hoffen, con sus numerosas flores y su bonita iglesia.
Y sobre todo Hunspach, con sus casa blancas llenas de flores, y sus cristales abombados en las ventanas ( reminiscencia de la época barroca).
Realmente se trata de un pueblo rural puramente alsaciano.
Merece la pena visitar sus tranquilas calles y observar sus pintorescas casas.
Linea Maginot.-
Desde allí nos fuimos a visitar algunas edificaciones de la Linea Maginot.
Cuando termino la I Guerra Mundial se impuso la necesidad de reforzar las fronteras francesa, sobre todo en el este.
Se pensó entonces en crear una muralla “infranqueable”, por lo menos así lo creían los ministros franceses de defensa Painlevé y Maginot.
Empezó así la construcción de esta línea defensiva en Alsacia y Lorena.
Constituida por una serie de edificaciones que abarcaban mas de un centenar de kilómetros, donde encontramos fortificaciones y casamatas militares.
Se encuentran mas o menos cerca de la frontera con Bélgica, Luxemburgo y Alemania.
Schoenenbourg.-
Uno de estos es el fuerte de Schoenenbourg la obra de la línea Maginot mas visitada de Alsacia y Lorena.
Curiosamente tiene un horario muy reducido, informaros bien.
Se vista casi toda la instalación, los cuartos donde se desarrollaban la actividades están a lo largo de grandes pasillos, y cuando digo largos es literal.
La temperatura es fría, ya que hay bastantes escalones de bajada (tenerlo en cuenta por la ropa) y todo el recorrido se hace a pie.
Merece la pena la visita, pues acabas haciéndote la idea de lo que supondría vivir en esas condiciones tanto tiempo.
Realmente era un lugar que tenia de todo para sobrevivir bastante tiempo.
Museo de L´Abri en Hatten.-
Cerca de allí se encuentra también el Museo de L´Abri en Hatten, es pequeño y fruto de la tenacidad de un coleccionista.
Tiene muchos vehículos y reminiscencias de la II Guerra Mundial. Muy cuidado y con mucha información. Además hay también una fortificación subterránea.
Otras construcciones.-
- La casamata de de infantería de Esch. A un kilómetro hacia el este de Hatten, encontramos la construida en 1931.
Se integro en el sector Fortificado de Haguenau, a lo largo de 1945 fue sucesivamente tomada y retomada por los alemanes y los estadounidenses.
Se integro en el sector Fortificado de Haguenau, a lo largo de 1945 fue sucesivamente tomada y retomada por los alemanes y los estadounidenses.
Estrasburgo.-
Desde allí, ya teniendo una idea de lo que fue y significo la Línea Maginot, nos dirigimos hacia Estrasburgo.Ciudad europea por excelencia, ya que acoge tanto al Parlamento Europeo como al Consejo de Europa. Es así mismo el lugar donde nació el himno nacional francés, la Marsellesa, cuando su alcalde allá por 1792, pidió al compositor Rouget de Lisle a que compusiera » algo que mereciera ser cantado» por los soldados voluntarios del ejercito del Rin que partían al día siguiente. Poco después los federales de Marsella adoptaron y divulgaron esta canción.
Nos dedicamos a visitar la Cite Ancienne (Casco antiguo), con el barrio de la catedral de Notre-Dame que no pudimos ver por dentro, pues aunque era pronto eran mas de la 18h, y estaba todo cerrado. Una pena pues nos quedamos con ganas de ver su magnifico Reloj Astronómico.
El exterior es espectacular, con su famosa aguja gótica de 142m y su fachada profusamente decorada. Además al estar encajonada entre calles mas bien estrechas la hace todavía mas impresionante.
El centro.-
Y la Petite France núcleo histórico de la ciudad , que debe su nombre a un hospital ya desaparecido que había allí. en otros tiempos fue un barrio de pescadores, curtidores y molineros.
Actualemte la mayoría de las casas típicas de madera son restaurantes y lugares para el turismo, pero se impone un paseo por lo bonito que resulta el conjunto.
Una vez concluida la visita y después de cenar allí ( por cierto no hay sitios baratos) nos dirigimos de nuevo hacia el camping.