Pueblos de Alsacia. Ruta de los vinos

Los pueblos vitivinícolas de Alsacia son realmente bonitos en su mayoría, han sabido conservar su idiosincrasia particular, construcciones centenarias y un amor por la elegancia y la belleza dignos de destacar.

Nosotros no los visitamos todos, sino que hicimos una selección de aquellos que nos parecían mas bonitos ( algo difícil, ya que todos son encantadores)

Están cerca unos de otros, la carretera en total tiene unos cien kilómetros , desde Guebwiller hasta Estrasburgo. Es todo autovía , aunque lo bonito es meterse por las carreteras secundarias que los unen, el paisaje es precioso, ya que hay muchas viñas altas y muy cuidadas .

Los Pueblos.-

Como nuestro camping estaba en Sainte-Croix-en-Plaine, los primeros pueblos que visitamos fueron hacia el sur.

Guebwiller, como todos un pueblo pequeño  con casas de entramado de madera, con pocas calles y una plaza muy bonita. Podemos visitar sus iglesias, la de Saint Léger, la  Iglesia Dominicana, y la  Iglesia de Nuestra Señora. Son una referencia característica del pueblo.

Desde allí nos fuimos a Rouffach, otro pueblecito pequeño , pero con un encanto especial. A  las casa de entramado de madera propias de Alsacia , añadimos la presencia de cigüeñas en muchos tejados , árboles y casi en cualquier punto alto había nidos de cigüeñas con ellas dentro.
Encontramos también en este pequeño pueblo casas renacentistas muy bien conservadas , e interesantes edificios como el antiguo granero municipal donde se comercializaba el grano

Inspirando cuentos.-

Desde allí a Éguisheim, preciosidad donde la haya. Es un pueblecito detenido en el tiempo, no es que haya algunas casas , no, todo el pueblo parece sacado de un cuento.
Hay un recorrido circular que te enseña prácticamente todo el pueblo, muy turístico con muchos restaurantes y tiendas.

Desde allí nos fuimos hacia Colmar , de nuevo nos  encandiló con sus callejuelas, su placitas y su el recorrido a lo largo del río.
Es magnifico , algo mas grande que los anteriores , pero con el mismo encanto, llama la atención que aunque todos son bastante turísticos no hay edificios que desentonen , ni por la apariencia, la mayoría casa alsacianas o renacentistas y barrocas , ni por la altura.

Recorrer Colmar es deleitarse en muchas fachadas profusamente adornadas y muy trabajadas , tanto por elementos arquitectónicos, como por la imaginación de los propietarios . Hay muchos recovecos, callejuelas y pequeñas placitas llenas de encanto,

El río con los balcones floridos a s paso permite poder hacer excursiones en barca y así tener otro punto de vista desde el agua. Se denomina la » Pequeña Venecia» .

Mas recorrido.-

Después nos fuimos hacia Kaysersberg, un pueblo preciso, como los anteriores muy bien conservado. Con un puente fortificado. Con una arquitectura medieval muy bella, es uno de los puntos de partida hacia la carretera que recorre los Vosgos. Tiene un pequeño castillo en ruinas que nosotros no visitamos, pero que se aprecia desde el pueblo.

Ya casi atardeciendo visitamos Riquewihr, el paisaje entre viñedos que ofrece antes de llegar ya es de por si merecedor de una visita. Con sus preciosas casa alsacianas , otra maravilla perfectamente conservado. De nuevo nos perdimos por sus callejuelas llenas de turistas , pero con un encanto tan especial no dejaba de asombarno.

Para cambiar un poco decidimos visitar el castillo de Haut -Koenigsbourg , que no esta lejos de
Riquewihr, subimos por una carretera de montaña a través de los Vosgos, muy bonita, con paisajes esplendidos.
Se llega a un aparcamiento grande, pero insuficiente, de modo que los coches acaban aparcados a ambos lados de la carretera de subida, arriba no hay parking , pero si lugares para poder tomar algo.
No llegamos a entrar , pues no teníamos tiempo suficiente para visitarlo con calma. pero la fortaleza merece la visita incluso solo por el exterior, así como las vistas que hay sobre la llanura alsaciana desde la misma plaza de entrada, hay un magnifico mirador.

Después de un día tan intenso nos merecíamos una buena cena…nada mejor que Colmar con su múltiples restaurantes llenos de terracitas encantadoras.