Sharm El Sheikh un lugar donde perderse
Volamos desde Luxor con la compañía egipcia Egyptair. Todo fue muy correcto, y la atención en el avión excelente .
Un viaje a medida.-
Como ya os he contado , este viaje era un poco » a medida» de modo que en Sharm El Sheikh estábamos solos , sin grupo.
Nos recogió del aeropuerto un guía (Jorge, un cristiano copto, super amable y atentísimo) en un coche y nos desplazamos al hotel que teníamos reservado, que resulto maravilloso en todo los sentidos , el Meliá Sinaí.
El emplazamiento era muy bueno la cala que formaba el hotel había multitud de corales y fauna acuática, visible sin tener que hacer demasiado, solo con inmersión de tubo , aunque disponía también de cursos de buceo.
Para nosotros fue todo un descubrimiento, el meterte en el agua y que los peces de mil colores pasaran a tu lado, las rayas e incluso mantas , fue algo indescriptible.
Además los complejos hoteleros están todos muy bien construidos, con formas muy originales.
Muchas mas posibilidades.-
El guía nos informo que teníamos la posibilidad de hacer excursiones a distintos lugares , aunque nosotros no teníamos ninguna programada, era fácil contratarlas ,así nos embarcamos en una muy peculiar , la que nos llevo al Monte Sinaí , y por ende al Monasterio de Santa Catherine a sus faldas.
Nos recogieron del antes de media noche, ya se trataba de ver amanecer subiendo al Monte Sinaí.
Éramos pocos turistas de distintos países ,acompañados por un guía local, fuimos en un microbús . La verdad es que no podría decir porque carretera llegamos , ya que era noche cerrada , pero si que sé que había muchísimos controles militares, que pacientemente tuvimos que sortear y enseñar muchas veces nuestros pasaportes y las revisiones correspondientes.
Subida al Monte Sinaí.-
Tardamos unas tres o cuatro horas en llegar a los pies del monasterio desde donde parte la subida, el desnivel es muy grande , y allí mismo existe la posibilidad de subir en dromedario por un precio algo elevado , pero que no dudas en pagar cuando ves el desnivel y calculas tus fuerzas ,yo subí yo en dromedario.
El guía sube a pie para indicar el camino, con lo cual tu te apañas con los que conducen los dromedarios , sin hablar ingles es difícil entenderte.
La experiencia fue de miedo, y lo digo literalmente, el sendero es escarpado y muy empinado, y aunque no los podía ver bien intuía que el precipicio tampoco debía ser poco , el dromedario iba a su aire y el dueño mas…. de modo que llegue al amanecer de las Montañas Azules con las piernas dormidas , y el susto en el cuerpo.
Un consejo !! si pensáis hacer la subida entrenaros para subir a pie!!
El sendero donde te dejan sube hasta la cumbre , allí hay un pequeña capilla dedicada a la Santísima Trinidad. Pero desde luego lo que si te deja con la boca abierta, seas creyente o no, son los colores que se despliegan sobre las montañas durante la salida del sol, es cambiante cada segundo, y la sensación de paz lo inunda todo.
El descenso.-
El descenso es relativamente fácil, se hace por un sendero que va directo al monasterio de Santa Catherine, o bajar por una especies piedras que asemejan a escalones y que también conducen a él.
La entrada al monasterio propiamente dicho se hace por una puerta muy pequeña. Había mucha gente para un espacio tan pequeño, el monasterio no es muy grande , y era un poco agobiante , se visita el lugar donde se supone que se encuentra la zarza que ardió como señal para que Moisés subiera al Monte Sinaí para recoger las Tablas de la Ley y todo el patio que circunda las edificaciones. Como ha tenido muy pocos cambios a lo largo de los siglos la sensación de estar inmerso en la historia es increíble . Recorrimos la basílica que hay en el interior, de religión ortodoxa, y la esplendida biblioteca que custodia muchos volúmenes , códices e incunables muy preciados, aunque de difícil apreciación por lo rápido que debes visitarla.
Ras Mohamed.-
Otra de las excursiones que pudimos contratar también en nuestro hotel era una salida de un día en un barco hacia el Parque Nacional de Ras Mohamed , desde donde hicimos submarinismo , y pudimos observar un mundo acuático impresionante , la excursión comprendía tanto el material para hacer una pequeña inmersión , que no hace falta que sea profunda ya que a simple vista con un tubo tienes la sensación de estar dentro de un fabuloso acuario, como la comida de todo el día .
El agua es cristalina, y la temperatura muy buena , de modo que es una gozada poder hacer varias inmersiones, aunque de pocos metros y a pulmón para ver todo el fondo marino.
Nosotros no llevábamos cámara subacuática (una pena) , pero en el hotel vendían unas de usar y tirar que no eran demasiado caras , aunque la calidad era un poco mala. Ya sabéis si queréis hacer fotografías subacuáticas ir preparados , os aseguro que merece la pena. También se pueden hacer recorridos por tierra en 4X4.
Llego el momento de partir hacia el Cairo, el último de nuestros destinos en Egipto. Elegimos hacer el trayecto en coche (unas seis horas), para poder ver el paisaje ya que la atravesamos en su totalidad de sur a norte. La mayoría del territorio es desierto ,mereció la pena el viaje , ya que pasamos por lugares singulares y te haces una idea de como es la península.